Historia de la
Acupuntura
La acupuntura es una antigua técnica de la medicina tradicional china que se practica desde hace más de 2.000 años, aunque algunos registros indican orígenes aún más antiguos. Se basa en la idea de que la energía vital o Qi fluye por el cuerpo a través de canales llamados meridianos. Cuando este flujo se bloquea o desequilibra, puede causar enfermedad.
Los primeros textos médicos sobre acupuntura aparecen en el clásico chino "Huangdi Neijing" (El Canon Interno del Emperador Amarillo), escrito entre los siglos III y I a.C. Allí se describen los puntos de acupuntura y las técnicas para estimularlos mediante agujas finas.
Con el tiempo, la acupuntura se difundió por Asia y, siglos más tarde, llegó a Occidente. Fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su eficacia en el tratamiento de diversas dolencias.
Hoy, la acupuntura es una práctica integrativa reconocida en muchas partes del mundo, combinando tradición y ciencia para promover el equilibrio y el bienestar.
Beneficios de la
Acupuntura
- Alivia el dolor
Eficaz para dolores crónicos como espalda, cuello, cabeza, artritis y migrañas. - Reduce el estrés y la ansiedad
Equilibra el sistema nervioso y promueve una sensación de calma. - Mejora el sueño
Ayuda a combatir el insomnio y a lograr un descanso más profundo. - Refuerza el sistema inmunológico
Estimula la energía vital y mejora la capacidad del cuerpo para defenderse. - Regula el sistema digestivo
Útil para tratar acidez, colon irritable y otros trastornos gastrointestinales. - Apoya la salud hormonal y emocional
Equilibra ciclos menstruales, síntomas de la menopausia y estados de ánimo. - Complementa tratamientos médicos
Puede mejorar los efectos de terapias convencionales y reducir efectos secundarios.
Como se realiza la sesión de
Acupuntura
Una sesión de acupuntura comienza con una breve consulta, donde el terapeuta evalúa el estado físico, emocional y energético de la persona. Luego, el paciente se recuesta (generalmente en una camilla), y el acupuntor inserta agujas muy finas en puntos específicos del cuerpo, según el diagnóstico.
Las agujas no suelen causar dolor, aunque puede sentirse una leve presión, calor o cosquilleo. Se dejan puestas entre 20 y 40 minutos, permitiendo que el cuerpo reequilibre su energía (Qi). La sesión suele realizarse en un ambiente tranquilo y relajante.
Es una técnica segura cuando la realiza un profesional capacitado, y muchas personas sienten alivio y bienestar desde las primeras sesiones.